viernes, 10 de octubre de 2008

El mito de Prometeo

Hace unos días encontre un escrito de Goethe que me encanto, porque refleja el mito Prometeo ya que algunos escritores consideran que ese fuego que robo no fue sino la razón y se la dio al hombre, aqui lo dejo en edición bilingüe:

Cubre tu cielo, Zeus,
con un velo de nubes,
y juega, tal muchacho
que descabeza cardos,
con encinas y montañas;
pero mi tierra
deja en paz
y mi cabaña,
que tú no has hecho,
y mi hogar,
por cuyo fuego
me envidias.


¡No conozco nada más miserable bajo el sol
que vosotros, dioses!
Pobremente sustentáis con sacrificios
y aliento de oraciones
vuestra majestad,
y moriríais
si pordioseros y niños
no enloqueciesen de esperanza.


¡Y, cuando era niño,
no sabía por qué volvía
al sol la mirada extraviada!
¡Como si en lo alto alguien hubiera
que oyese mi lamento,
o un corazón que, como el mío,
se apiadase del oprimido!


¿Quién me ayudó
contra la furia de los titanes?
¿Quién me salvó de la muerte
y de la esclavitud?
¿Acaso no lo hiciste tú todo,
sagrado y ardiente corazón?
¿Y te consumiste, joven y bueno,
engañado, esperando algo
del que duerme allá arriba?
¿Que te venere? ¿Para qué?
¿Has mitigado el dolor del ofendido?
¿Has enjugado el llanto del sumido en la angustia?
¿Acaso no me hicieron hombre
el tiempo omnipotente
y el eterno destino,
mis señores y los tuyos?
¿Creíste tal vez
que odiar debía la vida
y huir al desierto
porque no todos los sueños maduraron?


Aquí estoy y me afianzo;
formo hombres
según mi idea;
un linaje semejante a mí,
que sufra, llore,

goce y se alegre,
¡y que no te respete,
como yo!

Auf Deutsch:

Bedecke deinen Himmel, Zevs,
Mit Wolkendunst,
Und übe, dem Knaben gleich,
Der Disteln köpft,
An Eichen dich und Bergeshöhn;

Müßt mir meine Erde
Doch lassen stehn,
Und meine Hütte, die du nicht gebaut,
Und meinen Herd


Um dessen Gluth
Du mich beneidest.
Ich kenne nichts ärmers
Unter der Sonn’ als euch Götter!
Ihr nähret kümmerlich

Von Opfersteuern
Und Gebetshauch
Eure Majestät,
Und darbtet, wären
Nicht Kinder und Bettler
Hoffnungsvolle Thoren.

Da ich ein Kind war,
Nicht wußte wo aus noch ein,
Kehrt’ ich mein verirrtes Auge
Zur Sonne, als wenn drüber wär’

Ein Ohr zu hören meine Klage,
Ein Herz wie mein’s,
Sich des Bedrängten zu erbarmen.
Wer half mir
Wider der Titanen Übermuth?

Wer rettete vom Tode mich
Von Sklaverey?
Hast du nicht alles selbst vollendet,
Heilig glühend Herz?
Und glühend jung und gut,
Betrogen, Rettungsdank
Dem Schlafenden dadroben?
Ich dich ehren? Wofür?
Hast du die Schmerzen gelindert
Je des Beladenen?


Hast du die Thränen gestillet
Je des Geängsteten?
Hat nicht mich zum Manne geschmiedet
Die allmächtige Zeit
Und das ewige Schicksal,
Meine Herrn und deine?
Wähntest du etwa,
Ich sollte das Leben hassen,
In Wüsten fliehen,
Weil nicht alle

Blüthenträume reiften?
Hier sitz’ ich, forme Menschen
Nach meinem Bilde,
Ein Geschlecht, das mir gleich sey,
Zu leiden, zu weinen,
Zu genießen und zu freuen sich,
Und dein nicht zu achten,
Wie ich!

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